domingo, 29 de julio de 2012

¿Siguiente?


¿Por qué te detienes? ¿Qué pasa?

¿Ya te ha entrado el cague?

No me digas que te vas a echar atrás a estas alturas Tranquilo, no me decepciona oír eso Si te soy sincera, no me decepciona No ¿Y sabes por qué no me decepciona? ¿Quieres que te lo diga? No, no quieres que te lo diga, ya lo sé No quieres oírlo pero al mismo tiempo sabes que lo vas a oír Yo te lo voy a decir ¿Sabes por qué no me decepciona? ¿Lo sabes? No, no No te tapes los oídos que no va a servir de nada De nada sirve que cierres los ojos porque vas a oír mi voz aunque sea enlatada No vale de nada que te quedes así No podrás aguantar eternamente Cuando menos te lo esperes te lo voy a soltar Creerás volverte loco Ni te imaginas lo melosa y dulce que es mi voz cuando quiero asestar un hachazo Va a ser un golpe certero ¡JAJAJAJAJAJA! Te vas a querer…

                                                                        ¡ERES UN FRAUDE!


¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Te lo dije ¿Te lo dije o no?

 Te dije que no aguantarías Yo lo sabía Siempre lo supe Siempre has sido mediocre Lo llevas en la sangre, si, en la sangre Tienes la sangre de ella que también era mediocre y nadie puede escapar de su sangre

No, no, no. Ahora no te pongas a llorar La solución está en tus manos maldito mierda En ti está demostrarnos a todos que puedes ser valiente Llora, llora Quien llora no mea JAJAJAJA ¿Recuerdas? Él sí era grande Tú eres su copia falsa Falsa Nefasta Eres un jodido timo Prefieres retozar y ahogarte en tu roña Sollozas como un niño, tío Prefieres regocijarte en tus penas Bueno, penas que no son penas porque tú siempre has sido un llorica Si, un llorica como ella Un llorica sin valor Un llorica que sale barato al mundo porque nada se pierde No aportas No rindes No sirves No eres nada ¿No te das cuenta que eres un despojo? La verdadera virtud del hombre está en aceptar y asumir sus limitacione Demuestra que al menos te queda algo de dignidad y de sentido común Hay quien nace para triunfar y hay engendros como tú que nacen sólo para ver como los demás triunfan Eres…

…anda, límpiate esos mocos Eres asqueroso Patético Deberías verte ahora mismo Deberías ver lo repulsivo que resultas Si, si Grotesco Eres un llorica, patético y asqueroso O un asqueroso y patético llorica ¿Todavía te extraña que ella se fuese? Te dejó a ti no a él Él tenía razón Él sí era un hombre como Dios manda Mírate ¡Cualquier cosa es mejor que tú, tío!

¿Y ahora qué coño haces?

Eso Vete Huye Asqueroso Patético Repulsivo llorica Vete ¿Qué cojones esperas?

                                                                      ¡LÁRGATE IDIOTA!

Anda corre Eso es Corred tú y tus mocos ¡SO MEMO! Llevas el rabo entre las piernas ¡JAJAJAJA! 

¡Baboso!

Te has meado jodido cabrón ¡Qué fiasco de tío! Eres un puto ASCO Ahórrate esta vergüenza y corre jodido marica Vete Así, ¡eso es!Corre Escapa Piérdet….

Joder…

 Mírate

Lo único que te faltaba Aparte de cagado y meado, torpe Mírate Si, si Mírate ahí, lleno de mierda hasta las putas cejas Redundáis tu mierda y tú Ni ganas de reír me das Por ti sólo se puede sentir pena, tío Puta pena Hazme un favor y…

¡Anda!

Bueno, bueno Parece que William Wallace ha despertado de su letargo, ¿eh? ¿Vas a hacerlo o vas a huir de nuevo como un jodido cagapañales? Ok, bien Me alegra que por fin muestres algo de fuerza, chico Todavía estás a tiempo

Eso es

Con decisión

 Un pie Ahora el otro Ánimo, chico, haz que él se sienta orgulloso ¡Vamos valiente!

¡Saca esa garra cojones!

Ya estás arriba ahora el resto es pan comido No no pienses en el pantalón Mira al frente Así

No dudes

El mundo es tuyo y lo sabes Ahora tienes el poder de cambiar el curso de las cosas Tú tienes las riendas de tu vida Tú mandas Tú eliges Tú gobiernas Eres grande, hijo
 ¡GRANDE! JAJAJAJAJA

No pienses No titubees Eso es Cierra los ojos Pero no con fuerza Cierra los ojos como si fuese a dormir Así, así, despacio ¿Sientes el viento? ¿Sientes la fuerza? Ahora tú tienes el poder, chico Tú puedes Es fácil Ahora sí Confío en ti JAJAJAJA ¡Confío en tí! Sabía que podías hacerlo Eres grande, muchacho, ¡muy grande!

Un momento
Espera

 Echa un último vistazo De noche todo parece más pequeño, ¿verdad? Ese es el poder hijo, la noche es tuya El mundo es tuyo Tú eres el capitán del barco Así Eso es Sonríe Sonríe ¡Sonríe! Eres grande, hijo, ¡muy grande! Vamos, ahora sí, cierra los ojos, eso es, no pierdas la sonrisa, no la pierdas, ¡así!  JAJAJAJA Así me gusta verte Bien, bien Abre los brazos, bien, chico ¡bien! JAJAJAJAJA.

Eres un águila, el ave Fénix que muere y renace ¡Eres Dios!JAJAJAJAJA ¡Eres grande en todas partes, eres vigía, eres el viento, eres la luz, eres la nieve del invierno, eres el sol que invade todos y cada uno de los rincones del verano! Vamos hijo, tú puedes Así sin perder la sonrisa ¡Eres la lluvia que todo lo empapa! ¡Eres el árbol que germina y brota! ¡Eres mundo, mar y muerte! ¡Eres la vida que vuelve!

¡JAJAJAJAJA!

Uno…

Dos …

¡TRES!

                                                                     GILIPOLLAS...

miércoles, 25 de julio de 2012

Sempre azul e sempre verde

Hoxe mellor

E sempre foi un anaco de terra.

Sempre foi un anaco de mar cuberto de nubes chorando vida e silveiras. Sempre verde. Verde sempre. Sempre azuis as mareas.

Sempre foi un lóstrego, un amencer, unha tarde diferente. Sempre foron apoucadas as redeiras de entón e sempre houbo mariñeiros maquinando novas artes de pesca. Sempre valentes aquelas que buscan o sustento no mar e nas leiras. Loitadoras e feras.

Sempre xeradora das verbas da alma. Trememos, escoitamos, choramos, esquecemos e lembramos andainas de doce meses e de moitos anos. Desa xente que nos marchou. Desa xente que aínda nos queda.

Sempre foi a maxia dos elementos: lume, auga, ar e terra. Sempre foi ese vento de medianoite que bate nas fiestras, nos cumios dos macizos e nas saias das lavandeiras. Sempre foi esa treboada que asolaga os montes e limpa as cinzas para que non afoguen os piñeiros e volte de novo a vida da terra.

Sempre foi ese ruxe ruxe de sobremesa e cadeira ao sol. Sempre foi esa cantiga que fermenta e leveda entre aloumiños e o doce aroma do licor café.

Sempre foi ese peto ao que volvo confiada. Esa luz que acende os meus sentidos de cando en vez cando me agocho do desacougo. Esa man que me ergue e me leva. Ese luscofusco enxalzado, tantas veces preludio desa máxica noite de lúa meiga.

Sempre foi mar e vento.

Sempre foi nai. Sempre foi terra.

(Hoy mejor
Y siempre fue un pedazo de tierra...
Siempre fue un trocito de mar cubierto de nubes llorando vida y zarzas. Siempre verde. Verde siempre. Siempre azules las mareas.
Siempre fue un relámpago, un amanecer, una tarde diferente. Siempre fueron apocadas las rederas de entonces y siempre hubo marineros maquinando nuevas artes de pesca. Siempre valientes aquellas que buscan el sustento en el mar y en los campos. Luchadoras y fieras.
Siempre generadora de los argots del alma. Temblamos, escuchamos, lloramos, olvidamos y recordamos andaduras de doce meses y de muchos años. De esa gente que se nos fue. De esa gente que aún nos queda.
Siempre fue la magia de los elementos: fuego, agua, aire y tierra. Siempre fue ese viento de medianoche que bate en las ventanas, en las cumbres de los macizos y en las faldas de las lavanderas. Siempre fue ese chaparrón que inunda los montes y limpia las cenizas para que no se ahoguen los pinos y vuelva de nuevo la vida de la tierra.
Siempre fue ese cotilleo de sobremesa y silla al sol. Siempre fue esa "cantiga" que fermenta y leuda entre caricias y el dulce aroma del licor café.
Siempre fue ese bolsillo al que vuelvo confiada. Esa luz que enardece mis sentidos cuando me oculto de la desazón. Esa mano que me yergue y me lleva. Ese anochecer ensalzado, tantas veces preludio de esa mágica noche de luna hechicera.
Siempre fue mar y viento.
Siempre fue madre. Siempre fue tierra)

martes, 24 de julio de 2012

La rutina es un glucósido flavonoide


R-U-T-I-N-A.
Esa era la palabra.

Concepto nacido de la convención social para describir e identificar cualquier acto o situación que se prolonga en el tiempo, de manera repetitiva y sistemática. Hoy así. Mañana así. Pasado….uffff!! Así también. Y, ¿los domingos? Los domingos, bueno, no importa que te quedes en la cama un ratito más pero

…así.
Ya no había sorpresas ni días azules
La relación se había enfriado.

(...)
Pese a tener tiempo suficiente para comer con juntos, ella se cuidaba de no compartir espacio vital en las horas del mediodía.  Más de una vez se le había cortado la digestión con los reproches y las malas caras. También con sus humores agrios. De esto hacía ya mucho.

 Sabía de sobra que había alguien más a quien él se cuidaba de no mencionar. Una mujer de otra índole, pensamiento, opinión y nervio. Según parecía, alguien mejor a todas luces. A decir verdad, tampoco lo culpaba demasiado. Ella debería haber hecho lo mismo. Quizá por eso no daban el paso. Supuso que todavía quedaba entre ellos esa “faísca” de compromiso y cariño que evitaba el fin. Esa tierna muesca que prende en tardes de sol y luna, aunque no haya sol ni haya luna.

Pese a no haberse tocado en meses, seguían haciendo noche en la misma cama. Aquello era un consuelo para ambos. Un motivo más para no soltar amarras. Tumbados sobre un costado y de espaldas al otro, removían sentimientos sin decir palabra, hablando en silencios prolongados que los conducían al sueño. Así, un día y otro. Y otro más hasta llegar al canto del gallo. Alguna vez algún recuerdo se cruzaba por la parte interna del cráneo como los asteroides centauros de cola corta para languidecer en medio de un bosque de lodo y sapos podridos.
Esos días el olor era insoportable.

La mayoría de las ocasiones él era el que más tardaba en conciliar el sueño. Ni siquiera podía cerrar los ojos. De madrugada, y todas las noches, solía despertarse sudoroso en medio de fantasmas, espasmos y pesadillas. Inconsciente la buscaba en medio de su angustia y sólo cuando la sabía a su lado, tan cerca, se sentía con fuerzas para volver a componer los retales impíos de su cordura. Era obvio que ella se veía con alguien. Podía inferirlo de aquellas conversaciones que no tenían. De aquellas miradas que no se dirigían. De aquellos ojos que ya no lo desnudaban lentamente cada atardecer entre sábanas y eternas gamas de índigo difuminadas, todas ellas, en un cálido naranja butano.

Qué bonita estaba por las noches.

Era en verano cuando más le gustaba verla dormir. En aras de salvaguardar la comodidad en las noches de calor, ella se volvía hacia arriba y su cara se inclinaba hacia la línea imaginaria que los separaba sobre el colchón. Una mano sobre el estómago. La otra sobre la almohada, a la altura de la mejilla. El ritmo de su respiración era como un péndulo que lo sumergía en un estado hipnótico. La luz de la luna a través del hueco de la ventana le cubría los pies con una fina tela de luz. Aquella camiseta tres tallas más grande ocultaba decorosa los pechos que tantas veces había rozado sin pedir perdón ni permiso. Ahora ni siquiera un por favor impregnado en la más estricta cautela favorecería un más que deseado trueque nocturno. Aquel vaivén era sólo el comienzo de otra repetición más. Una nueva rutina dividida en tres partes bien diferenciadas que lo acompañarían del ocaso al alba sin dilaciones ni sobresaltos
...el miedo a que un día dejase de respirar le atenazaba los músculos

domingo, 22 de julio de 2012

Prosa purpúrea



Decidió no ver, no sentir, no volver a creer en posibilidades

Comenzó a caminar como los burros.

Aquella voz hacía que tambaleasen sus determinaciones. Era como el canto de una sirena anunciando el apocalipsis de las constelaciones. Cuando de su boca manaba la esdrújula de su nombre ella fijaba sus iris en el suelo para no desear que lo repitiese de nuevo. Se limitó en palabras y se dejó mecer al calor y al abrigo de los silencios, que eran pocos pero bien hechos y perfectamente distribuidos. Optó por ocultarse tras sus pestañas, siempre cortas y raras. Inventó un himno y una onomástica. Así, directamente.
Se propuso estudiar la fauna ingrávida. Dominó el mundo de los grajos y de los pelícanos de río. También decidió hacerse mimo espiritual para pasar de puntillas en un mundo de aforismos espurios. Si quería, podía dormirse con el arrullo de las olas, aquellas mismas que siempre morían en la arena mestiza bajo el cielo de barlovento. Si la noche se antojaba violácea era incluso capaz de pintar miles de grillos sin alas, con ojos tristes y sonrisa huraña.
Displicente y aparentemente fría, quiso forjarse al alba como animal cimarrón con una chulería que se presumía más ajena que propia.

Así pasaban sus horas muertas.

Aquella ciénaga emocional duró poco tiempo.
Un buen día echó la bilis sin perder la compostura.

Siempre altiva y sin muchas lisonjas, decidió dedicarle un retal en sus memorias al honor de ese sentimiento velado y, al mismo tiempo recurrente y cansino, que la llevaba por la calle de la amargura. Era aquella una manera de poner límites a un ansia desmedida y desaforada. Sin ton ni son. Acordó que sólo en las noches de luna llena concentraría sus esfuerzos en desdibujar aquel rostro efímero, dulce y a la vez adormilado por las mil y una noches entre penumbras y desiertos. Un conato de perfección delirante, de aire suave y hechura delicada. Algún día -pensaba- ya no será ni siquiera un nombre. Pero esto sólo podría darse en las noches de luna llena porque, cuando ésta menguase, sus pupilas tendrían luz verde para inclinarse revoltosas y observarlo de soslayo . Tendría que apelar sin remedio a su, más que quebradiza, fuerza de voluntad. Aquello siempre la dejaba con cierta intriga en las uñas.

Moría entre dientes cada tarde. Treinta y siete días al mes.





Dicen.

lunes, 9 de julio de 2012

Cerdos en el barro



Joder, ¡menuda mierda!
El licor le supo diferente aquella mañana en la que la resaca lo invitó a repasar en su agenda los hechos acontecidos el año anterior.  Fue una carta envenenada, oculta en medio de de un burruño de apóstrofes momentáneos, ávida de acentuar una vida llena de huecos e islotes. Dicho de otro modo, fue una putada, como meterle un dedo en un ojo. La cabeza le dolía más que nunca, y no era extraño, teniendo en cuenta que aquella era una de sus peores crudas. Por un instante rogó a un Dios del que renegaba que por sus venas circulase agua fresca de manantial en lugar de aquella sosa cáustica de tintes dorados y olor a azufre. No pasó de ahí. Fue una especie de hemodiálisis mental fallida. Acto seguido, añorando la ligereza del ideario borracheril, ansió de nuevo un trago de vino peleón.

Aquel hábito de sumiller descontrolado no era nuevo. Llevaba meses dándose a la bebida como los cerdos al barro en el estío. Habitualmente, con la cuarta copa, comenzaban las gestas diarias entre él y sus sombras. Luego, entre vómitos y babas, se dedicaba a balbucear y a llorar una vida en la que trabajaba por cuenta ajena.

Ahora bien, en aquel despertar el orden de los factores había alterado el producto de forma alarmante. Si el curso de los hechos fuese el de una mañana al uso, después de comer levemente cualquier tentempié del frigorífico, fuese o no de amplia rodadura, se entretendría vagabundeando por aquel piso de mala muerte hasta que llegase el mediodía, una hora más adecuada para hacer compatible el consumo de alcohol como acto social y el mantenimiento de una imagen cuasi derruida. Aún siendo plenamente consciente de su condición de adicto, todavía conservaba intacto ese tipo de ceguera selectiva del que cree que puede pasar desapercibido siendo un elefante amarillo vestido de majorette. Paradojas de la vida, estados de ánimo o una perturbación genética más que nefasta. Sin embargo, y al hilo de lo antes mencionado, aquella mañana había algo diferente. A tientas por el pasillo consiguió llegar al mueble del teléfono colocado estratégicamente en el recibidor de aquel habitáculo de sesenta metros cuadrados. Siempre se ponía en lo peor así que  horas antes había tenido especial cuidado en dejar un espacio diáfano  entre la gruesa puerta de la entrada y el lugar donde se hallaba la cama. El recorrido desde el dormitorio era tan simple que había evolucionado de carrera de obstáculos a  proeza de jinete gaucho en el canto de un duro. La Historia siempre ha estado llena de logros. Los primates desarrollaron los pulgares para descolgarse de un árbol a otro durante el deshielo y él había conseguido desarrollar un sentido de la orientación detectivesco en apenas unas semanas a causa de su afición a las bebidas destiladas. El efecto helicóptero ya no era un problema siempre que hubiese una fregona cerca.

Reparó entonces en que no se había despertado a causa de los temblores y del nerviosismo propios del síndrome de abstinencia. El reloj despertador daba las siete. La luz roja del contestador parpadeaba desde hacía horas…

martes, 3 de julio de 2012

¡Booh!


¡WOOOOOOW!
 ¿Recuerdas el día que nos conocimos? ¿Cuánto tiempo ha pasado ya? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿Veinte años? Puede que más si cabe. Tú al menos sí debes conservar intacto ese instante. Si no me equivoco y, sabiendo un poco de qué pie cojeas, lo tendrás bajo llave y cúpula de cristal grueso para que no lo rocen ni las mareas. Tú eres así. Vives de medias verdades o de espejismos categóricos como quien vive del agua o del aire. Eres la ameba originaria. Eres el sol de los protozoos y de los cangrejos de río. Un caldo de cultivo pero sin vinagre, no vaya a ser que pierdas las patitas. Tu mente abarca lo que abarca el infinito. Nunca has sido de los que olvidan las fechas importantes. Me confieso. He de pedirte disculpas, no te puedo decir lo mismo. Ya me conoces, gozo de una gran facilidad para olvidar esa tercera cucharada de azúcar que nunca le pongo a la tarta de queso. Por más que me concentro en el enésimo punto negro de tu nariz ni siquiera logro evocar un instante inicial, una génesis apoteósica de violines y mariposas revoloteando de tu pelo al mío. No. Por más que he tratado de resolver la ecuación siempre me ha dado negativo. No sé chico. Siempre he sido de memoria volátil y difusa pero,  ¿tanto?


Lo único que sé es que me diste de beber un día y yo quedé prendada de tu menta fresca. Menudo canguele. Cómo me suena esto a los aquelarres a campo abierto de la noche de difuntos. Pero no, tú no juegas en esas ligas. Eres de esos que abocan al vicio y a la indecencia gracias a la seducción y al meloseo. De los que aparece sin más, una noche, y te pregunta el nombre con esa mirada que envuelve en papel de regalo con lacito rojo y pegatina.  Tu ausencia, en sí misma, parece que llama y te pide a gritos. Si faltas te invento. Te inventamos. Te provocamos. Te evocamos y, como por arte de magia, llegas planeando como las gaviotas que anunciaban la tormenta picoteando los cristales de mi ventana durante el entretiempo. Llegas fuerte. Altivo. Soberbio. Cuando agonizas me deshago en detalles para mantener tu honor y tu fachada férrea y dura. Casi implacable. Impenetrable. Imperturbable. Eres de esos que hacen al otro. Como el hábito pero con un séquito de monjes franciscanos con capucha y túnica. De vez en cuando tampoco cogulla y escapulario te faltan. Configuras y desfiguras a tu antojo. Vistes y desnudas según te viene en gana. Destruyes más que fabricas. Desconfías más que amas. Adoleces de envidia insana. Finges. Lastimas. Engulles. Escupes. Derramas. Arañas. Ahogas. Hieres. Incitas. Envenenas. Soliviantas. Provocas. Empujas. Incendias...

Matas

Nuestra ignorancia supina y nuestra inseguridad extrema son tus platos fuertes. ¿El postre? Odio con pepitas de chocolate y frambuesas glaseadas con un toque de café y nata montada.

Claro, eso era. 

 Ahora entiendo por qué olvidé el momento en que pisaste mi vida. Fue un instante un  tanto fatuo, incivilizado y vil. Fue una declaración tosca y apolillada, de esas que te dejan un regusto a leche cortada en el cielo de la boca. Te abrí la puerta de mis secretos y no te costó aclimatarte a mis complejos. A los de todos. Ellos son la percha de la que te cuelgas todas las mañanas cuando me despierto con el pelo enmarañado y me miro con los ojos vagos al espejo. Si yo digo "vamos allá" tú me contestas "¿a dónde cojones vas?". Tu filo, aún invisible,  es más peligroso que cualquier arma atómica  por inventar. Vives de bulos, falacias, falsas magias y cuentos chinos. El futuro es tu mejor baza para acampar en nuestras conciencias.  La costumbre, lejos de matarte, te hace más fuerte.
Deja que la incertidumbre  sea la música que acune tus sueños y seguirás flotando como las boyas. Respirando...

Suertudo tú que siempre vas a tener carne fresca. 
Al Geppetto que te haya fabricado: Felicidades. 






"Es horrible el miedo incontenible"